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Los brasileños: Reyes de la pista

Los brasileños: Reyes de la pista A partir de un comentio de una visitante, he decidido hacer este artículo. Muchas veces no entendemos por qúe los estadounidenses son tan buenos en el baloncesto, los brasileños en el fútbol, los serbios en balonmano... Pues ahora vais a entender por qué los brasileños son tan buenos en voleibol.

Hoy en día es considerado el segundo deporte más popular del país, el voleibol tardó mucho tiempo en ser del gusto de los brasileños. Este deporte comenzó a practicarse en Brasil en 1916, en la Asociación Cristiana de Mozos (ACM) de São Paulo. Los pioneros en Brasil se quejaban de que este deporte se hallaba eclipsado por el fútbol: el primer Campeonato Brasileño no se disputó hasta 1944 y hasta 1956 no se creó la Confederación Brasileña de Voleibol (CBV).

Este crecimiento lento no impidió, que entre tanto fuesen surgiendo buenos jugadores y, desde los primeros campeonatos, Brasil se convirtió en la máxima potencia en este deporte en América del Sur. En 1964, el voleibol masculino se estrenó como deporte olímpico en Tokio y la selección brasileña se hizo con el séptimo lugar. Entre los diez jugadores que disputaron el primer torneo olímpico de voleibol, estaba el hombre que cambiaría la historia de este deporte en Brasil: Carlos Arthur Nuzman.

En 1980, con ya importantes resultados en la categoría de base, Brasil conquistó el quinto lugar en los Juegos Olímpicos de Moscú, derrotando, incluso a los polacos, los campeones olímpicos. Una nueva generación - los jóvenes Bernard, Renan, William y Amauri, junto a los veteranos Moreno, Suiço y Granjeiro - surgía y atraía el interés de los clubs europeos. Para retener a los jugadores en Brasil, era necesario cambiar la ley que impedía la entrada de las empresas en el deporte. En 1981, Nuzman (Presidente de la Confederación Brasileña de Voleibol) consiguió que el Consejo Nacional de Deportes (CND) aprobase el decreto que autorizaba la creación de clubs-empresas.

La selección, que había madurado, ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. En 1988, en Seúl, el quedar en cuarto lugar fue frustrante, pero los brasileños asistían al nacimiento de una nueva generación: Carlão, Maurício, Paulão y Pampa eran reservas que, cuatro años después, estarían entre los campeones olímpicos de Barcelona, al lado del veterano Amauri, en su cuarta Olimpiada. Y con ellos, dos jóvenes talentos aún adolescentes en 1988 -Tande y Giovane- y el mejor jugador del Mundial Infantil y Juvenil de 1989: Marcelo Negrão.

Los siguientes títulos conseguidos explican la constante renovación del voleibol brasileño: tricampeón infantil y juvenil masculino (1989/1991/1993), campeón mundial juvenil masculino (1993), bicampeón mundial juvenil femenino (1987 y 1989). Las chicas que consiguieron estos últimos títulos son las mismas que llevaron a Brasil sus principales conquistas: Ana Moser; Márcia Fu y Fernanda Venturini eran la base de la selección, cuarta en las Olimpiadas de Barcelona, campeona del Grand Prix y subcampeona mundial en 1994. El voleibol femenino llegaría al pódium olímpico con la medalla de bronce en Atlanta.

Las victorias, los títulos y la aparición de ídolos han hecho del voleibol un deporte muy popular, y han proliferado los equipos por el país, atrayendo a nuevos patrocinadores. Los campeonatos nacionales se han empezado a organizar profesionalmente, con participación de los canales de televisión y de los patrocinadores. La osadía de Nuzman, no se ha reducido sólo a las canchas y, por sugerencia suya, la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) ha creado el Circuito Mundial de Voley Playa. En diez años este deporte se ha convertido en todo un éxito- con los brasileños destacando una vez más - y se ha estrenado como deporte olímpico en Atlanta. Las mujeres brasileñas se hicieron dueñas de la situación: Jacqueline y Sandra hicieron historia, convirtiéndose en la primeras mujeres brasileñas que han ganado medallas olímpicas. Fueron las primeras de oro; pero la primeras de plata también fueron para jugadoras brasileñas de voleibol de playa: de Adriana y Mônica, que disputaron la decisión contra Jackie y Sandra. Después de Atlanta, el volei de playa brasileño siguió mostrando su fuerza y reveló otros pares de jugadoras de igual valor, como Shelda y Adriana Behar, Medalla de Oro en los Juegos Panamericanos de Winnipeg y esperanza de medalla para Brasil en los Juegos Olímpicos de Sydney

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